jueves, noviembre 30, 2006

...

no se...
sólo tengo esto que decir...

ni quiero seguir dando vueltas a lo del otro día ni me apetece escribir nada que haga gala de que estoy vivo, despierto(me acabo de despertar)...

espero estar con ánimos mañana.

un saludo a todos.

miércoles, noviembre 29, 2006

Sólo lo justo

(♪ no hay música asociada este tipo de cosas... ♪)

Dicen que abrazado a un camión.

El milagro de la vida. La extrema inteligencia de todo nuestro organismo, desde los mecanismos más simples hasta el funcionamiento del cerebro, en el fondo estúpidas reacciones químicas cuadriculadas, pasando por los glóbulos blancos, los rojos, los plaquetas, la sangre…protagonistas de esta historia, en la que ni todos juntos han podido hacer absolutamente nada frente a un imprevisto demasiado potente. Ante la hemorragia ni quiero pensar de qué magnitud…

La luz iluminó ayer por la mañana, por primera y última vez, el interior de las venas, de las arterias, del corazón quizás…incluso las paredes interiores de algún vaso se podrían encontrar todavía entre el asfalto. Si alguien se dedicara a buscarlo. Si fuese la obligación de alguien.

Pero ahora toca callar. Y más a gente no tan cercana, conocida sólo de vista como yo. Aquellos que en un mes volveremos a sonreir habiendo olvidado esto prácticamente del todo.

Que se oigan los gemidos de la familia. De los amigos. De esa carrera que ha quedado a medias. Nunca se puede dejar algo más a medias. Tan a medias. Para siempre a medias. Que se escondan los optimistas.

Por eso me hago caso a mí mismo y me callo.

Raúl. Esto sólo ha sido mi pequeño homenaje, quizá porque ayer te pitaron los oidos cuando un amigo y yo nos volvimos a reir de tu mochila trineo, o porque te saludé más de lo normal. Te cogí del brazo y te dije adeu!, sin saber la razón que estaba teniendo. De lo eterno de mi despedida.

Carlos y resto de amigos. Familia. No tengo nada que decir…

Puta vida de nuevo…

martes, noviembre 28, 2006

La imponente mano de hielo que todo lo arrasa … (postum homenaje)

.............................................................................................................(♪ 747, Kent ♪)

La vejez había comenzado a acariciar con helados dedos sus cerebros…
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Nos acompaño en el sentimiento.
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El título de hoy viene motivado por esta preciosa metáfora que hizo hace un par de semanas este hombre que se muere, se acaba, se retira, para poder descansar en paz. Sólo en parte. Sólo en su blog. De momento.
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No ha podido soportar la presión de los blogueros jóvenes como yo y se marcha. Dice que quizá por algún tiempo. Que quizá para siempre. No se sabe y no es lo más importante tampoco.
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Ahora en serio. La verdad es que reconoce la función que ha cumplido su blog, en él y en nosotros. Y como dice alguien en los comentarios de su último post, algo muy parecido a la muerte es la repetición.
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Lo que cuenta es que haya existido. Que hayamos llorado leyendo algunos de sus posts y asentido sin darnos cuenta mientras leíamos otros.

A eso de las 10:30 de la mañana solía colgar los artículos. Será por eso que siempre llega tarde a clase los martes. Como ya lo sabemos no pasa nada.

Espero que el blog permanezca colgado bastante tiempo, para aquellos que no sepan de quién estoy hablando.

Me imagino que tienen su alta calidad, los numerosos posts relacionados con política. Confío en que mi ignorancia es la que me impide apreciarlos. Pero supongo que son sólo el hijo no deseado de un matrimonio obligado en el que se ha visto envuelto por vivir fuera de España.

De los artículos que hablan de algo más…como diría…más…(otra vez sin palabras al tratar de explicar esto intentando no molestar a nadie…) tengo varios que he ido seleccionando estos meses. Recomiendo El invicto (26diciembre2005), No me lo puedo creer (30enero06), Cuando la luz del sol se esté apagando (23febrero06)…por citar un par de ellos.

Si tenéis ganas de reir, leed Descanso eterno y único (18enero06). Y yo tengo que reconocer que lloré bastante con uno del que no tengo apuntada la fecha, que se llama Se fue. Terrible ese pajarito final.

Genial su explicación de cómo la Estética (de la que él habla), no está relacionada con la alta peluquería y otra bellas artes, en el artículo Aullidos de agonía.

Y para los que no le conozcáis fuera del blog, ha escrito varios libros: Historia de un idiota contada por él mismo, Diccionario de las artes, Momentos decisivos, Lecturas compulsivas…y varios artículos periódicos, en El país y otros, entre los que destacaría Sólo quiero lo mejor para ti y La escala del tiempo perdido (en este último habla muy clarito).

Llegados a este punto, después de varias citas, sé lo que os pasará a muchos por la cabeza. Los que ya le conocéis quizá os intereséis por alguna en concreto. Esa que os había pasado inadvertida, y ¡venga!, un artículo más de este buen hombre. O quizá no. Y no importa demasiado, la verdad.

Lo que me da pena es si a alguno de vosotros de los que no conoce a este gato del que hablo hoy, este post se le está haciendo largo ya. Si no va a hacer caso de mis recomendaciones, como he hecho yo tantas veces con diamantes en bruto (en bruto para mí) que buenos amigos me han puesto en bandeja de plata.

Este hombre imparte clases de Estética en la escuela de arquitectura de Barcelona. He tenido la enorme suerte de ser su alumno, y de poder asistir este cuatrimestre como oyente a su asignatura optativa, Diez pensamientos críticos.

Es como una foto de infancia de alguien que no nos importa entre un montón de mierda que se encuentra en la otra punta del mundo. Como un borracho que deja escapar sus cuerdas locuras, entre las paredes, insonorizadas y curvas paredes, de una fría o caliente (de acorde con la temperatura exterior) escuela de arquitectura. Es la ñ de nuestro alfabeto. Uno más y tan distinto, entre todos los profesores.

Podéis acceder a su blog desde el mío, en el apartado otros blogs. Acabo ya reconociendo que sí, que como tantas otras cosas, este hombre para mí es una idealización, que poco a poco se va desinflando (como debe de ser…), pero que esa idealización ha sido indispensable para examinarle a diario, y que me encanta seguir apreciando los tintineos de veta y metal, de los destellos de todo lo que escribe. gracias translucido


Félix de Azúa es escritor.
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He considerado oportuno añadir a media tarde la letra de la canción que recomiendo hoy. Si alguien la busca, no la encuentra, la quiere y me la pide, se la mando. Mi correo es gsus.ibz@gmail.com
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Silence, like a whisper
Maybe tomorrow it won't be here
So tomorrow we could teach them
Some new styles
You're such a killer
So shoot me down again
It won't hurt when the killing is done by a friend
Silence, like a whisper
So this is all we need
The fully air conditioned sound of speed
A violent whisper
And this time it's for real
So this day
I made plans for us to leave
Silence, why won't you listen
Maybe it's just me
but sometimes it's impossible to breathe
A violent whisper
Maybe this time it won't heal
Maybe this time it will bleed until I'm free
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Suerte a todos.

lunes, noviembre 27, 2006

Despiste final...

(♪ Creep, Radiohead ♪)
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Que reviente todo. Que se mueran los demás. Que me quede solo en el cosmos, por un par de horas…

Puta vida.

No tiene otro nombre lo que te han hecho.

Te arrancaron las alas de cuajo. Aún en las entrañas. Desde el núcleo genético de los dos gametos que empezaron todo el trabajo. El laborioso, colosal, increíble, asombroso trabajo de darte forma.

Decidieron que siguieras vivo, pero con restricciones. Que tu cara nos resultara atrozmente familiar a nosotros. Conocida. Que nos provocaras esa sensación de déjavú.

Trisomía del 21 le llaman a tu enfermedad. A tu realidad. Porque una estúpida proteína, o lo que sea, la cagó en el antepenúltimo cromosoma. En el 21. Una puta proteína. Insignificante ahora que estás formado del todo y tienes miles de millones de ellas, las cuales ayudan a coordinar el funcionamiento de un cuerpo imperfecto. Más que el de los demás. Más de lo normal. Subnormal.

Habrías ganado el juicio. Si se hubiera celebrado. Pero se te impuso la dictadura de lo que llaman naturaleza, que para colmo dicen es sabia. Y yo ahora digo que es una mierda. Que igual que el diablo, si sabe más es por vieja; y que tiene su parte diabólica también. Tú eres el ejemplo indiscutible.

Si no soy capaz de ver la parte buena de nuestra madre, ahora mismo, es porque me he intentado poner en tu lugar. Y me doy cuenta de que aunque algunas maravillas a mí me compensen tu existencia, no te sucede a ti lo mismo. Primero porque somos egoístas. Desde la médula. Y segundo porque dudo que te lo plantees, y más aún que seas capaz de escribirlo, como intento hacer yo en tu lugar. Y esto último no admite excusas. Es una injusticia suprema.

Es como matar hormigas con cuchillos, por placer. Como estampar bebés contra muros de hormigón. Como lanzar camiones sobre cabezas humanas. Eres como el Apolo 13 de la carrera por conquistar el universo.

No les perdones nunca. Por ti y por mucho más.

Yo no lo haré.
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Dedicado a todos los que por tener más en el cromosoma 21 en el momento clave, en la división de la primera célula, ahora viven con menos. Y a todo el círculo afectado por ello. Familias, organizaciones, y cualquier otro grupo del que me pueda olvidar.
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viernes, noviembre 24, 2006

Ostia a tiempo

Hay libros que sólo se disfrutan, que se leen como las canciones que sólo se escuchan y las cosas de la vida que sólo se miran. Uno de esos libros es Seda, de Alessandro Baricco , y otro más infantil pero también bonito, Tombuctú. De Paul Auster.
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Este último trata sobre un perro nadador que vive con un vagabundo que cree en santa claus. Tombuctú es el paraíso donde van los perros cuando mueren. Entre las cosas que se pregunta el perro a sí mismo hay una que me parece curiosa de verdad:
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Si la rueda se inventó hace al menos 5000 años... y los humanos viajan como pasajeros comercialmente desde hace, pongamos... 150 años... ¿Por qué han tenido que pasar 130 para que el señor samsonite (por decir algo, por demostrar que ha funcionado su publicidad) sacara al mercado las primeras maletas con ruedas?
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El hecho hay maletas y hay ruedas: podríais fusionarlas ha convivido con los humanos en silencio, riéndose de nosotros, lamentándose irónicamente de nuestros dolores de espalda y hernias discales, y el rumor de su risa nos era imperceptible hasta que algún salvador dio en el clavo.
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Este tipo de descuidos son sólo anecdóticos. Algo estúpido de lo que reirse mientras paseamos con nuestras maletas de ruedas por una terminal de aeropuerto, comentándoselo a un amigo.
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Pero cuando no nos damos cuenta que la carga excede el peso máximo facturable, asimilable, cuando el peso del que no nos libramos es mayor que el de una maleta, mucho mayor, más pegajoso y trascendental, tener algo que te lo indique resulta más importante.
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Hasta que reconocemos que aquello nos había estancado, que mamá tenía razón, o que aquel hombre extraño no estaba tan loco, hemos estado utilizando un tiempo de color marrón claro, indefinido, amnésico, desorientado.
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Pero hay que vivir con ello. E intentar rodearse de gente, amigos normalmente, que te peguen el guantazo justo cuando más lo necesitas. Justo cuando llevabas ya un rato golpeando repetidamente la pared, siempre en el mismo sitio, como un viejo robot de juguete con pilas recargables.
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Y eso si no han caído ellos también en la trampa, en el hoyo forrado de espejos, en el seno materno artificial.
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..............Una ostia aterciopelada.
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....................................................................................................Dulce pero corta.
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........................................................Seca.
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..............................................................................Pero blanda. .
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Gracias a Celi y a Kas, por los dos libros, respectivamente. ;)

jueves, noviembre 23, 2006

Resumen a medias...


Al nacer, lógicamente, no tenía ni idea. Polvo interestelar flotante.

Mi infancia pasó sin pena ni gloria, archirrecurrida frase. Tanto como mi vida desde el punto de vista de su originalidad. Poca. Años de juguetes, primeros besos, primeras borracheras, y un intento afortunadamente frustrado de dedicarme al fútbol. Sigo sin enterarme de nada. Cambio de marcha de forma accidental.

Entonces varias sustancias se mezclan; personas, objetos y situaciones generan reacciones en mi cerebro. Y aquí empiezo a recibir mensajes subliminales sin intención. Empiezo a cargar con ello sólo a ratos. Tan pocos que diría que era inconsciente. Pero ya se produjo la silenciosa explosión, tan lejos que la luz estaba aún por llegar. Y no hablemos del sonido, que por fin, en este blog, atraviesa mi garganta de forma digital. Cuestión de tiempo.

Pero volviendo a la luz, lo primero en llegar, tengo que reconocer que me asustó su potencia, su composición.

De la misma manera que uno espera el trueno después del rayo, yo esperaba el universo entero hablándome. Describiéndome los hechos. Diciéndome que sólo me tenía que asustar por el desconocimiento. Que todo lo que intuía no era cierto.

Ahora entiendo que era inútil esperar y que mis sospechas se van confirmando, desmintiendo a la vez aquello de pegarse un tiro, tan solo de momento, y tan solo por si acaso.

Voy conociendo personas que emiten sonidos interesantes. Y resulta emocionante compartir algo con ellos. Pero nada vendrá a explicarme las dudas terribles, corrosivas, envueltas de la certeza cada vez mayor de que son reales y todo lo demás ingenuidad.

Ahora las encaro. Por fin. Tras la cuarentena. Y ya todo es posible.

Lo considero un sistema potente no sólo por las demostraciones empíricas que voy haciendo en el día a día, sino porque entre otras cosas una de sus valiosas características es que podría pasar a dirigirse en sentido contrario y todo estaría dentro de lo normal.

Podría pasar a creer en Dios cristiano, o en Buda, mañana mismo, y no despeinarme demasiado. Haría un par de llamadas a algún amigo que parecía tener razón y nos beberíamos unas cervezas en su honor. Pagaría yo. Por supuesto.

Y que no habría demasiada repercusión es sólo lo que me parece ahora. Pero claro. Eso también es susceptible de cambiar, y a su vez esta repercusión habría de ser también pequeña. Sin importancia dado a lo que vamos.

Y con estas líneas dejo a medias este resumen incompleto, pendiente de las críticas que me irá haciendo mi vida. Esperándolas impaciente. Todavía no se porqué. Algo que espero entender también. Pero que no es muy importante si no llega, porque como dije al empezar este blog, por casi todo no pasa casi nada.

¿Qué es triste, dicen algunos? Claro que es triste, tristísimo, penoso. Pero todo esto ya no es malo.

miércoles, noviembre 22, 2006

Piratas y corsarios

No. No creo que esté bien piratear música. Bajársela de internet y obtener gratis y en unos minutos la producción con la que unos seres humanos se ganan la vida.

Si este hecho se diera así, aislado, no consideraría correcto descargar música de la red. Pero no es así.

Tengo mis dudas acerca de quien es más pirata aquí, si nosotros o los músicos.

Podría mencionar argumentos según los cuales no considero igual de merecido el sueldo de un futbolista que el de un músico. E incluso para establecer diferencias entre distintas calañas de músicos.

Pero de lo que no tengo duda es de que ninguno de estos personajes se merece la retribución que le aporta su oficio en cuanto se va por las nubes.

Nos llaman piratas por no comprar discos que valen 15 o 20 euros, con los que ellos van a viajar en aviones privados y a organizar macrofiestas donde la coca se va a contar por kilos.

Si el que los artistas (los de verdad) vivan de su obra, de su visión de las cosas, de su aportación a la interpretación del mundo, de ofrecernos sensaciones, sentimientos, emociones… me parece de las más hermosas posibilidades que nos brinda la sociedad actual, el hecho de que un artista viva de una manera desbordante, derrochadora, excesiva en casi todos sus aspectos, me parece una de las posibilidades más tristes que nosotros mismos consentimos. Y lo hacemos así por nuestras vacías pasiones y nuestras raquíticas idealizaciones que les conceden la fama y por tanto el dinero. Y el hecho acentúa su grado de penosidad debido a la supuesta consciencia de los sujetos protagonistas. Demasiado carpe diem.

Un artista, un filósofo…llamadlo como queráis…no tendría que ser rico. Su conciencia no debería permitírselo. Debería pasar por épocas de abundancia, para experimentarlo e incorporarlo a sus razonamientos. Y por épocas de mayor necesidad, para teorizarlas también. Y desde mi punto de vista, por su espíritu, se merecería vivir el resto del tiempo con lo preciso. Para no convertirse en un esnob. Algo que nos pasa mucho a los hijos de la bonanza.

Pero claro, no es culpa nuestra estar embebidos en una sociedad capitalista, consumista y egoísta. Rodeada de competitividad y terriblemente deshumanizada. Y eso anula nuestra capacidad de reacción. O eso creemos. O eso queremos.

martes, noviembre 21, 2006

Fuimos los mejores ahora (resultado imperfecto)


(♪ 1979, Smashing Pumpkins ♪)
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Sí señor. Estos somos nosotros, me digo a mí mismo con la sonrisa que me han dejado prestada 2 litros de cerveza.

Ni más geniales ni menos electrónicos que esto, pienso al ritmo de mis dedos tecleando un mensaje en el móvil.

Estamos viendo una película mala que no estamos mirando. Sólo de fondo.

Es sábado.

Entre semana vamos a clase teórica. Mente.

Consumimos droga con cabeza. Practicamos sexo con la cabeza también. Nos insultamos de broma. Por reir. Por pasar el tiempo. Vemos la hora chanante. No matamos moscas.

Somos estúpidamente inteligentes. Perfectamente imperfectos.

Dicen los mayores que es la mejor época de nuestra vida. Yo en cambio pienso que tienen razón. Que están en lo cierto. A partir de ahora todo es decadencia. Lo aseguro. Decadencia de todo lo palpable. Lo único que crece en nosotros no nos sirve de casi nada y ni siquiera lo podemos alegar de manera rotunda y convincente ante un juez medianamente pragmático.

La época más brillante de Napoleón, o del imperio romano, sólo eran una parte de su propia decadencia. ¿Donde están ahora? Muertos. Sólo nos aprovechamos de su legado. Nosotros. Los bibos. Los vuitres.

Sin miedo a decir lo contrario más tarde, más viejo, más harto… afirmo que no pretendo ser feliz. Eso es un pilar de hormigón armado que sustenta el mundo. Pero yo no quiero ser feliz. Sólo intento apoyarme en estructuras temporales, que es de lo que creo que se compone nuestra versión de la realidad, por mucho que le duren a algunas personas o a algunos imperios. Toda su vida incluso…

El único problema de la contradicción propia es que se produzca exactamente en el mismo punto de una discusión, en una misma tanda de afirmaciones. Si se intercala un periodo de tiempo mínimo (lo que tardamos en girarnos y ponernos a llorar), a partir de ahí yo lo llamaría evolución. O algo parecido.

Evolución dentro de unos patrones que avanzan muuuy lentamente. El mayor logro desde nuestros padres a nosotros es que podemos arrugar el jersey nuevo el día de la cena familiar.

Conozco algún amigo que ahora se empeñará en que lo que he dicho antes no es verdad. En que no todo es decadencia a partir de ahora.

Yo sigo pensando que sí (virutas inconformistas en mi interior). Pero de momento me dejo las venas largas porque estoy dispuesto a disfrutar de ella. A ver cómo se me cae el pelo. Cómo se arruga mi piel. Cómo pierdo a los amigos. A constatar que corren más que yo, esos putos enanos. A ver la línea 9 de metro. A fingir que me enamoro, un poquito nada más. A veros morir a vosotros. Y a sentir cómo se pudre mi cuerpo, desde dentro, paciente, como último acto con sentido, tarde, con vida, mirándote de reojo, si eso me fuera posible.

lunes, noviembre 20, 2006

Siglo 21



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En el año 2146, en un planeta totalmente acondicionado a temperatura estable 22ºC, un niño que no sabía el significado de la palabra acurrucar buscaba información acerca del siglo pasado, el de los Salvajes, el nuestro.

Este niño tenía un chip implantado en el cerebro con conocimientos extra acerca de ingeniería aeronáutica (así lo escogieron sus padres), a parte de el mínimo que exigía la ley referente a todas las disciplinas que la humanidad contemplaba en ese momento.

Con un ordenador del tamaño de un corazón humano, aproximadamente, entró en google y buscó las palabras siglo 21. De esa manera encontró este blog y pudo comprender que el conocimiento no siempre se había transmitido por medio de placas de silicio y níquel, programándolo en los MCC (micro chip cerebral) que al igual que al resto de humanos, le había sido implantado a él.

Y le resultó curioso, porque no se lo había planteado antes, el que las personas de nuestro siglo vivamos desconociendo la mayoría de casi todo. Entonces se fue intrigado a hablar con su padre, al que los abuelos habían escogido implantar conocimientos extra de historia de la humanidad

El padre le dijo que era verdad. Que en el siglo 21, aunque la gente ya se dedicaba a una tarea concreta y especializada, los humanos no conocían gran parte del resto de cosas, y que eso había llevado a concebir la realidad de tantas maneras como oficios y dedicaciones había en la época (más o menos).

Los políticos veían las cosas de una manera, los ingenieros de otra, los ecologistas también tenían su propia versión, al igual que unas personas muy buenas aunque a veces algo pederastas, que el padre explicó al niño se llamaban curas o sacerdotes, los cuales portaban la palabra de un tal Jesucristo.

El niño comenzó a flipar. No sabía nada de todo esto…

“¿Me estás diciendo que antes las personas en general no sabían de su desgarradora e irremediable soledad?” (sí, el niño hablaba muy así…)

“Te diré… Es más…antes los humanos se juntaban por parejas, y establecían matrimonios que a durísimas penas duraban toda la vida…”

“¿Y por eso tú de vez en cuando vienes a casa con otras mujeres que no son mamá?”

“Muy bien hijo, veo que lo vas pillando…”

“Ahmmm…Pero bueno, a lo que íbamos…entonces, ¿cómo se organizaba el conocimiento? Si todas las personas no tenían una base como ahora (subjetiva y terriblemente impuesta, también hay que decirlo), ¿cómo funcionaban las cosas?”

“Pues mira. Cuando querían hacer un programa, iban a buscar a los ingenieros informáticos. Cuando querían inventar leyes, los que se las sacaban de las mangas se llamaban políticos. Cuando alguien se ponía enfermo tenían que acudir a lo que llamaban médicos, y cuando querían hacer un puente, sólo entraban en la discusión los ingenieros. No es que tuvieran una manera absoluta de hacer puentes, pero eran los más indicados. Los que tenían más conocimientos.

Y entonces había un grupo más o menos impreciso de personas u objetos, lo que se daba en llamar filósofos, artistas, locos…a los que les ocurría algo parecido a los ingenieros. No tenían una manera absoluta de explicar las cosas, el mundo, pero eran los que más conocimientos tenían acerca de su materia: la relaciones, los sentimientos…la vida en sí.

El problema es que nada decía que fueran los más indicados para explicar el mundo, porque no todos los humanos proyectaban puentes, pero sí todos los humanos tenían una vida propia que utilizaban derrochándola, por norma general. Y por tanto que eran los más acertados sólo lo sabían ellos, este último grupo que te he comentado.”

“Vale. Ese es el mundo oculto del que he oído hablar alguna vez, ¿no?”

“Exacto. Esas personas pertenecían a un mundo oculto, y los afortunados artistas vivían de explicar su visión de la realidad, o de partes de esta. También había cabida para artesanos, ingenieros, informáticos y médicos. Pero no para los más brillantes y exitosos, sino para los que su trabajo era la manera de ganarse la vida, de entretenerse, de aprender según que cosas…”

“Entonces, papi, lo que no entiendo es que este grupo de personas fuera tan minoritario como se dice. Y que luego viniera el señor Bustamante, con su traje blanco, y llenara recintos con 10.000 personas dentro.”

“Cierto hijo. Tienes razón. Esto es algo que aún no se ha conseguido explicar. Lo único que se sabe hasta el momento es que esas 10.000 personas no tenían la culpa.”

Todas estas cosas los niños de hoy en día tampoco lo saben, y lógicamente hay mucha gente interesada en que así sea.

Alguien debería explicárselo desde pequeños. Quizá sea la única manera de parar todo esto descartando la bomba atómica. Las revoluciones son ancianas ya y no están para estos trotes.

viernes, noviembre 17, 2006

Buenos días


Hoy me he quedado dormido y no he ido a clase por la mañana. Es un día raro y tengo cosas que hacer, así que solo os preguntaré si os habéis quedado alguna vez a solas con el fuego del fogón de la cocina, a oscuras (poco rato, para no malgastar). O si a oscuras también habéis escuchado entera Untitled 1, de Sigur ros, y los niños mutantes del final de la canción. O a Los Planetas, borracho, solo en vuestra habitación. O un clásico: volver a casa, que esté lloviendo, dejar las cosas en el portal y empaparte del todo. O si habéis pasado una nochevieja con un par de amigos, comiendo pipas y golosinas, y hablando. Toda la noche.

Son un par de cosillas que os recomiendo, y me gustaría recibir vuestras propuestas también. Estos pequeños rituales hablan de nuestra libertad, de nuestras pasiones, de nuestra parte más oscura, o de la más lúcida, de nuestras represiones o de nuestros sueños. Espero que no se me olvide nunca que puedo hacerlos.

Un saludo a todos.

Buenos días y buen fin de semana

jueves, noviembre 16, 2006

Ánimo 2

(♪ The Nothing Song, Sigur Ros ♪)
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Quién me iba a decir que estaba en el mundo como la última (de una lista infinita) pelota de repuesto de un partido de tenis de duración limitada. Con una función teórica pero sin nada que hacer. Sólo seguir ahí.

Hegel apuntó a sus contemporáneos, herederos del optimismo kantiano en su mayoría, que la teoría de que había una cosa en sí, que las cosas eran finalmente de una manera, era la conclusión a la que habían llegado porque les aterrorizaría del todo la idea de que aquello no fuera de ese modo.

Que una vez descartados los dioses, la ciencia comenzara la investigación de la cosa en sí, y que ni siquiera esto fuera cierto, dejaba a los humanos en una soledad tan sobrecogedora y compleja de entender que amenazaba incluso el darle un sentido a la vida. Incluida la vida por la vida, que algunos defienden.

No dudo que Hegel tuviera sus razonables justificaciones para defender tal afirmación. Por desgracia, reconozco que ni las entiendo ni estoy en condiciones de entenderlas. Digo por desgracia porque tanto para descartarlo como para aceptarlo, llegar a entender toda esa maquinaria estoy seguro que me serviría de mucho, o de poco pero importante. Para suicidarme definitivamente o para seguir escalando algo en lo que creo, igual de solo que antes, pero habiendo superado un escollo que los filósofos coinciden en definir como el más duro de roer de la humanidad. Tan solo Nietzsche, dicen, derribó una pequeña parte de todo ese mecanismo. Ni el señor Bisbal, ni la señorita Chenoa. No. Fue un tal Nietzsche. Quién se lo iba a decir.

El esfuerzo que supone ir subiendo en esta escala (en la que repito que creo), lo definiría con una frase de Kafka que aparece en el breve cuento El pasajero : Ni siquiera podría precisar las pretensiones que estaría en condiciones de alegar con derecho.

Eso es, me resulta imposible ahora mismo justificar esta tendencia ascendente, generada por una fuerza que surgió al empezar a concebir las cosas de una manera que calificaría de menos inventada y más descubierta según pasa el tiempo.

Esto unido a lo dicho en Ánimo 1 (post de ayer), más o menos, es lo que considero que nos deja totalmente solos. Porque nadie entenderá nunca nuestra manera de verlo, ni llegaremos a entender nunca la manera de hacerlo de otra persona. Y esto es lo más importante en lo que nos podemos quedar solos, y sin duda, lo estamos.

No critico a las parejas, a los amigos, a la familia…pero digo que todos esos elementos los queremos mantener a salvo en nuestra escala de valores bajo viento y marea, y que la mayoría de los humanos viven modificándolos de posición pero sin bajarlos nunca del podio, o del top10 si queréis.

Es una postura razonable, sencilla, y que da sentido a todo lo que queramos hacer con nuestra vida. Esto no quiere decir que los sentimientos implicados hayan de ser igual de simples. Ni mucho menos. Y en efecto no lo son. Pero sigo desconfiando de ellos no como última opción, sino desde el primer beso, la primera comunión o el primer viaje de estudios.

Quizá es un defecto lo que tengo en mi cabeza. Pero es casi lo único que tengo, que se va optimizando primero con mi propia experiencia vital, y segundo al estudiar vuestras reacciones cuando os digo cosas como que esa pareja que tanto queréis es una patraña, que el festival del verano pasado también lo fue, que pasa lo mismo con los mejores momentos de vuestras vidas y que no os dais cuenta de que la ilusión que depositáis en ese tipo de cosas, al golpearla suena a hueco, pero os revolvéis como serpientes para sacar vuestra lengua y amenazarme, ya que lo que estoy diciendo cuestiona vuestros pilares y eso no me lo podéis tolerar. Eso no Jesús. Todo menos eso.

Ánimo.

miércoles, noviembre 15, 2006

Ánimo 1

Hay un cambio en tu vida. El que sea. Un cambio grande.

Te vas a vivir a otro sitio, tu pareja te ha dejado después de 3 años o emprendes un proyecto en tu vida que nunca antes te habías planteado.

Deberías darte cuenta de que todo ha cambiado de color entonces. Todo ha cambiado de olor. Hay algo muy grande, muy ligero al principio, que está en cada uno de tus poros, que ya no es como antes.

La puerta suena distinta al cerrar. La cara de los vecinos es otra. Tus huesos se cansan de una manera diferente, ante nuevos movimientos y la percepción del mundo se presenta extraña, tarde, patosa.

No parece malo. De echo no lo es. Sólo tu cuerpo, tu mente, se están adaptando a la nueva realidad. Dejando de lado el pasillo de tu edificio que nunca atravesarás, pues no te viene de paso, y recordando el puesto de castañas de la esquina, que siempre es el mismo. Que lleva ahí por lo menos desde que llegaste.

De esta manera generarás tu visión del entorno, con tus nuevos recuerdos y tus recién estrenadas cosas que vas a olvidar.

No te preocupes porque no tienes nada que hacer. Tu percepción va a ser selectiva y aleatoria. Y en esa mentira te vas a criar mientras no afrontes otra gran cambio que te llevaría a nuevas falsedades.

Y estos grados de conocimiento incompletos y subjetivos, de todos los aspectos de tu vida, se mezclan en una especie de malla escocesa enorme, a los que tú llamas realidad, y en los que te sueles poner cómodo, coger el mando, y encender la televisión.

Sólo quería hacer ese apunte. Nada más. Recordar que nada de lo que vemos es como lo vemos y que por tanto nada de lo que sentimos es como lo sentimos, pero que me emociona el cambio de olor y color de las cosas cada vez que me doy cuenta de ello.

Ánimo a todos porque esto va a ser duro.

martes, noviembre 14, 2006

Judas

(♪ Somewhere else, Razorlight ♪)

Ya está. No te preocupes. Te quedarás sin trabajo y perderás amigos.

Muestra de ello es que los malos te pusieron a prueba y vencieron. Apuntaron y acertaron. No dijiste lo que querían, puesto que no eres lo que buscaban; y eso les hizo tachar tu nombre con una cruz. No te preocupes por nada.

Como te dije antes, mientras reparamos el pinchazo puedes venir a mi casa y tendrás cama y algo de comer. Espaguetis seguramente. Y en la cena hablaremos, porque sabemos, porque podemos; y decidiremos cuáles son esas cosas, las que querían que dijeras. Entonces te las aprenderás y volverás a embestir la maquinaria repitiendo los adjetivos en tu cabeza, para que no se te olviden, pues no crees en ellos. No a la manera en que se te están exigiendo.

Mientras golpeas repítete: Soy eficaz, ambicioso, trabajador, sociable, optimista, buen compañero, aprendo de mis errores, bla bla bla…

Y acerca de la manera de golpear. Hazlo en silencio, por la espalda, como los traidores. Trabaja para ellos, no les generes problemas, acude a sus cenas de empresa, come sus canapés y emborráchate con sus cavas. Fóllate a sus mujeres si se da la ocasión.

Sí. Creo que sí. Que llegará el día en que no habrá que hacer este papel. Que no habrá que seguir promoviendo y participando de esta farsa. Pero no es hoy. Ni mañana.

Olvídate de la revolución.

Sólo mira tu entorno y date cuenta de que es lo que hay. Que estás en Barcelona. En el planeta Tierra. Y adáptate.

¿Aquel chico que aprendió a tocar el piano de pequeño? Cierto. Tuvo suerte. Siéntate a su lado a escucharle. Poco más. Cuando se te dio la conciencia ya habías construido demasiado como para empezar de cero. En este tipo de situaciones, amóldate a tus circunstancias.

No encontrarás mucho más sentido fuera.

No flaquees, flaco

lunes, noviembre 13, 2006

All is full of love (la parte buena, para entendernos)

(♪All is full of love, Bjork♪)
http://www.youtube.com/watch?v=EQH4AdOg2MU
(enlace a videoclip)



Lo malo no es que se reúnan por miles y aplaudan a Puyol, al tocar la primera pelota, porque su padre falleció la semana pasada. Con todos mis respetos.

Eso no es lo malo. Nada rápido que objetar.

Lo malo tampoco es que se casen por la iglesia y organicen banquetes enormes, en un día pintado de sol con carne y aguarrás.

No me parece malo el que los perros acudan un domingo antes de comer a la plaza cataluña paseando a sus dueños en “El día de les mascotes a Barcelona”, y que una vez allí congregados se les acribille con una repetidora cargada de publicidad.

Que el día antes, el sábado por la tarde, se hayan amontonado en centros comerciales del tamaño de 2 o 3 cementerios, y que ya que están allí aprovechen para ir a ver la película de el código da binchi en el cine que un par de mentes maquiavélicas, frías, calculadoras y sin escrúpulos les han esculpido en mármol de imitación…no, no me parece lo malo. (Si Leonardo se levantara…)

Que aquella entrañable mujer nos acogiera en su casa el día que nos llovió haciendo el camino de Santiago, que nos invitara a cenar y que sólo le faltara ofrecernos a su hija…no. Eso no tiene nada de malo.

Que aparezca el nieto de la familia, gateante, y que el sol pintado de antes ilumine todos los rincones del hogar, dulce hogar…tengo que decir que tampoco es lo malo.

Como tampoco lo es que piensen que somos angelitos estudiando una carrera, cuando lo que en verdad somos es traidores del alma casta y pura, desertores de la matriz, cursando en teoría y práctica, entre otras muchas cosas, estudios universitarios.

Nada de esto es lo malo.

Repito.

Nada de esto es lo malo.

viernes, noviembre 10, 2006

La importancia de dar gracias

Ayer una señora mayor le decía a otra en el bus:

Lo importante es que estamos vivos. Nada más levantarse uno ha de dar gracias a Dios. Dar gracias por estar vivos. Es muy importante dar gracias cada día.

Yo mientras iba leyendo un libro sobre Schopenhauer, que no viene a decir precisamente lo mismo.

Entonces pensé que veía a esa mujer totalmente incapaz de lanzar un misil, de cegar las fachadas del corte inglés para que la gente comprara más, de manipular los resultados de las elecciones de todo un país e incluso los del bingo. Y remarco lo de incapaz porque lo que pasa es que este tipo de personas no son capaces de cometer estas atrocidades. Ya no. Han devenido sumisas, bondadosas, misericordiosas... buenas personas en resumen. Su religión les cortó de raíz lo que hace que algunos humanos se corrompan, se revuelvan, se desencaminen. Que por otro lado es lo que a unos pocos (a los que no tienen el dinero, el poder y cosas similares como religión...) les hace libres, experimentales, sublimes, caóticos…y en definitiva, lo que les permite pensar algo más (nunca del todo) por sí mismos. La muestra iconográfica de esto que digo, yo la encuentro en la cruz, como la describe Unamuno: Terriblemente trágicos son nuestros crucifijos. Nuestros Cristos españoles. Es el culto al Cristo agonizante, no muerto.

Lo que me pasa es que no puedo garantizar de ningún modo que este nuevo ser vivo, libre, solo desde Kant, resulte más beneficioso. No para la humanidad. Descaradamente sí para él mismo.

¿Que beneficio aportó al mundo Giacometti, al que hubo que recoger muerto en su estudio, podrido ya, y que no viajaba ni salía a la calle, ni gastaba ni producía, en sus últimos años de vida?

Al mundo ya os lo digo yo. No aportó nada. Más bien restó. Robó bondad, simpatía, solidaridad, felicidad…que se pudrieron con él en aquel estudio.

Que aportó entonces…mmm…difícil de explicar. Recomiendo leer Retrato de Giocometti, no recuerdo ahora de quien…

Y aviso que la potencia de lo que allí se cuenta, no he conseguido autotransmitírmela leyéndolo yo mismo. Me hizo falta en su momento que un profesor lo leyera en clase. En voz alta. A última hora de la tarde en una sala oscura en la que todo se congeló y el que se movía se hacía añicos para no ser confeccionado nunca más.

A este profesor con nombre de pizza le doy las gracias. Y de paso hago caso a la señora del autobús aunque sea por un día, y doy gracias a Dios, por generar estas personitas de las que realmente no hay nada que temer. Lo agradezco de verdad. Sinceramente.

Tengo que agradecer a Munch la impresión que me causó la primera vez que miré El grito con buenos ojos.

Gracias también, por supuesto, a mi familia. A la que me apoya. Principalmente a mi padres.

Y gracias también a uno de mis amigos turcos, el que es ingeniero y trabaja de recepcionista por las noches; al gallego o cántabro del que hace tiempo no sé nada, pues sigue empeñado en enviar mails impersonales que tengo que decir que esta vez sí estoy leyendo del todo; a otro amigo medio loco (como tiene que ser), el padre del cual posee un tótem en el jardín fabricado por él mismo; al un profesor de educación física que a parte de eso imparte educación mental, al actualmente anglo-israelí que me acogerá en su casa en enero; al mallorquín que ya me acogió en su casa este verano y a todo el resto de personas que sabéis el lugar que ocupáis en mi vida y del que no quiero prescindir.
Y ya esta bien de gracias, no porque no las haya, sino porque empiezo a parecer un futbolista malo el día de su retirada.

jueves, noviembre 09, 2006

C.R.E.A.

(♪Stay young, Oasis♪)

Es una orden. Crea

Crea lo que esté a tu alcance. No creas nada de momento y crea. Si crees que no puedes crear lo que quieras estás en arenas movedizas. Hundiéndote poco a poco hasta tu muerte.

De acuerdo, no puedes crear (seguramente y de momento) una central nuclear de fusión atómica en tu patio. Pero pocas cosas más se te escapan. Créeme.

Lee, escucha y visita, pero escribe, compón y construye también. (Nunca había escrito el imperativo de componer...)
Si pasas del arte me extraña que estés leyendo esto. Si entiendes (o eso crees) la poco probable función del arte, y todos esos rollos…yo sólo digo que no mires a los demás todo el tiempo. Que frenes un poco la investigación exterior para dedicarte tiempo a ti misma. Para ponerte guapa. Todo lo que aprendes estudiando a los demás es teoría. Si tiene mucho que ver contigo se le podría llamar teoría práctica, pero la práctica de verdad está olvidada fuera de las que pertenecen a nuestras costumbres, hobbys u oficios. Llámalo blog, mis chapuzas musicales o me he fabricado mi propia cartera. Si bailas mal como yo, hazlo solo. No importa la calidad de tu producto en comparación con la calle. Antes de tu horrible creación eras aún más malo.

Date cuenta de cuanto de lo que te venden lo podrías hacer tú mismo. Valora si te vale la pena pagarles por ello. Y aunque cambiarán pocas cosas, irán variando con el tiempo. Planta tu propio perejil.

Vaya cambio respecto al realismo tangible de la semana pasada verdad? Yo también lo creo, pero ayer pasé toda la tarde en casa de Hoptim Ísticus, y esto es lo que tiene. Estas cosas funcionan así. No se contradicen. Suceden paralelas, esperando un juicio que no va a llegar nunca.

¡ Recuerda lo del perejil !

miércoles, noviembre 08, 2006

What can you see? (with your soul)

(♪Flowers in the window, Travis♪)


¿Habeis jugado a este juego de pequeños? La profesora preguntaba What can you see? Y tú respondías I can see… y empezabas a ennumerar las cosas que veías. O mejor dicho. Las que veías y de las que además te sabías el nombre en inglés.

Esta historia tiene 5 personajes.


Un niño que se llamaba Hoptim miró esta foto y dijo que veía ladrillos. Los originales (the original ones) y los que eran fruto de una remodelación (fruit of a remodelation) .Una pared blanca que desafortunadamente se desconchaba en muchas zonas. Unos cables que daban luz a todo el edificio. La puerta de la planta baja de la casa y unos tubos que bueno, habrían estado mejor ocultos, pero allí estaban…
Concluyó diciendo que en conjunto la apariencia del edificio era un poco triste, pero que por suerte se veía un pedazito (a little piece) de cielo y que los alegres vecinos tenían cuatro plantas en el balcón en cuatro macetas con los colores del parchís, y otra más en la ventana del baño.







Su hermano Pessim dijo que sí, que había cuatro macetas muy bonitas. Y añadió que en el baño no había una sino dos plantas. Pero que también era posible que la pequeña ventana perteneciera a una habitación. Que seguramente alguien ya había muerto con esos cables diabólicos en fachada en un día de lluvia. Que cada vez que el vecino de arriba iba al baño todos podríamos ver la mierda bajando si las tuberías fueran transparentes y que la puerta que se ve abajo a la derecha no era de la misma vivienda, ya que el edificio era un bloque de casas enanas donde se atrincheraban 14 immigrantes por metro cuadrado después de vender pañuelos a medio céntimo 28 horas al día. Que el color del cielo era circunstancial y que por todo eso junto los desilusionados inquilinos tenían las ventanas llenas de plantas. Porque era lo único con vida y color en sus penosas existencias.

Un político dijo que aquí no había plantas ni macetas en absoluto.

La profesora, que estaba muy buena y llevaba gafas, pidió opinión al único alumno que quedaba por hablar: el padre de los hermanos Ísticus.

El señor Real, un hombre ya mayor, se levantó y le pegó una colleja a cada uno.

martes, noviembre 07, 2006

Sentimientos digitalmente naturales

(♪Technologic, Daft Punk♪)
s incluso emocionant..
ablar sabiendo q sto solo no t llega..
xq no stas delant d l pantalla...
pr ahi sta..
scrito...
y s peor cuando mandas n email..
y faltan dias hasta que el receptor lo lea
(y eso ya se sabe, en algun sitio,
aunque tú estés impaciente
pensando en si lo habra leido ya…),
pero l mail está ahí..
en algún lado..

la carretera de Truman...
la q le cortan por alarma nuclear...

cuando quiere escapar..

esa carretera,
para él…
también iba a parar a algún lado....

seguramente sea eso lo que nos pasa...

pobres marionetas..

Los mails que no leemos no están en ninguna parte

lunes, noviembre 06, 2006

He dormido poco. Tres temas rápidos...

Eres la droga perfecta (y ya te lo dije anoche) principalmente porque sé que eres eso, una droga. Me haces percibir la realidad de una manera nueva, a la que ya me voy acostumbrando, y si pienso un momento sé que no eres verdad. Y no por ello me dejas de hacer efecto. No me he acostumbrado a sentirlo y eso hace que ya no sienta nada… No. Tú eres la droga perfecta.

Me he acostumbrado a gritar. A morder. A sentirme un animal, y por otro lado ver como exploras mi potencial, del que hablas. Disfruto con tus preguntas. Y me entretengo haciendo lo mismo. Es genial así.

Me excitas pero no me enganchas. Y me das toda la tranquilidad del mundo cuando la necesito, sin dejar que me estanque, porque sabes que yo tampoco te dejo.

No me cuestas dinero. Alguna entrada al cine, pero poco más.

Sabes que mi corazón no es bueno. Que está adaptado al comportamiento de la sociedad, y a sus rituales sentimentales que he dejado de comprender. Por eso no mato. Por eso violo. Por eso no estoy en la cárcel. Pero mi corazón no es bueno. Se equivoca y saca provecho de ello. No porque me crezca ante la adversidad, sino porque la escala de valores ha hecho algo parecido a invertirse, y es mejor meter la pata, vigilando las trampas mortales.

Eres la única persona que lo ha entendido en mí, o al menos que me lo demuestra. Y me permites ser…¿yo mismo?. Todavía no sé lo que es eso. Y creo que es imposible saberlo. Como mucho se puede rascar en las entrañas. Y se sorprende uno con las cosas que arranca de allí. Pero sabe que son suyas. Que nació con ellas. Y que nadie tiene mérito ni culpa. O las tira o se las traga. Pero eso no es muy importante. La actitud curiosa o no es lo que cuenta. La manera de aceptarlo. Y eso determina la manera de comportarse y relacionarse con los demás. Se puede ser radical o compasivo en el experimento. En el despegue. Pero hay que reconocer lo que es la tierra y lo que ya no lo es. Intentar medir la distancia con cálculos rápidos y frágiles, mal llamados prejuicios, porque no son definitivos. Ni mucho menos. Son sólo intuiciones para ahorrar tiempo y perder malos amigos. Considero mejor saber pedir perdón (creyéndoselo), que no tener que pedirlo nunca. En este caso vale más curar que prevenir.

Estos elementos se desprenden por las altas presiones y las temperaturas. No por la velocidad. Que también es alta.

viernes, noviembre 03, 2006

Importante: leer la letra pequeña

Voy a clase corriendo, a meterme en plena rueda de metro o autobús, cual hamster.

De una ventana con cortina lila que da a la calle, en planta baja, escapan los gemidos de una mujer que consigue excitarme en el instante menos idóneo para ello. Y justo en ese momento pasa un padre con su hijo, que sorprendido por los sonidos que produce la mujer (que seguro era guapísima, morena, y estaba encime de él/ella), se pone de puntillas y se intenta asomar. El padre le coge del brazo con suavidad y le estira. Siguen cominando y le dice en voz alta: shhh…shhh…no les molestes hijo, ya te llegará a ti, tranquilo, pero no les molestes…Sólo por respeto hijo mío. Están en su momento. En su mejor momento. Ya me entenderás.

Todos nos movemos con el objetivo bienestar, gozo, placer… grabado a fuego en nuestra frente. Y eso deriva en el sexo, aunque a veces pase desapercibido.(*)

Tras la ilusión de tener una casa propia, aislada, perfumada…se esconden las ganas de pegar al gran polvo, en la gran casa, con las grandes vistas, frente al atardecer perfecto.
Para algunos la persona con la que desean hacerlo es con la que quieren, con la que comparten la vida. Otros sueñan con hacerlo con las famosas, y otros con desconocidas que cambian día a día. Pero todo esto viene a ser lo mismo.(*)

Nos gusta la ropa que nos favorece, con la que nos gustamos, con la que esperamos gustar, con la que accederíamos, si pudiéramos, a todo el sexo que nos fuera posible, cuando nos apeteciera, con la persona que senos pasara por la cabeza en ese momento.(*)

Si fuera El Dios (porque si sólo fuera un Dios tendría que pelear con todos los demás…), la primera que cambiaría de las reglas que rigen el cosmos sería ese instinto. Empezando por mí mismo. Y no lo suprimiría, sino que lo moderaría. No dejaría que fuera el motor del mundo. (*)

Las mujeres, que no creo que piensen del todo igual (alguna hay que sí, por suerte…), no es que sean más complejas, que sí más sensibles, sino que tienen ambiciones algo más imprecisas. Pero las mujeres desean a los hombres. Al maromo. Y por tanto cumplen la función de objeto de nuestros deseos, que es como las tratamos.(*)

Y ahí está el poder de las lesbianas, bienaventuradas, de las que será el reino de los cielos, por una temporada. Algún día dominarán el mundo. Y entonces caerán en errores nuevos, que alguien no supo predecir. Y pagarán las consecuencias. Entonces vendrá algún grupo social que ni me imagino de que estará compuesto, y ocupará el trono. Siempre viene a ser así. Sólo cambian los personajes.

A todo esto hay que decir que a los gays les van a dar por culo. Como a todos los heteros. Sólo ellas se van a salvar.

Las chicas que leais esto ahora no os ansieis. No os pertenece ningún cachito de cielo todavía.

Por suerte a mí tampoco me toca sufrir las consecuencias, así que sólo me queda una cosa por decir, y es que enhorabuena chicas. Que ya os tocaba.


(*) : Los pocos que no lo hacen o bien son personas con una enfermedad en forma de hobby (frikies) o bien viven danzando como peonzas, como dice Kerouac, como estrellas fugaces vivientes, dejando un precioso rastro que no se ve si no miras al cielo.

jueves, noviembre 02, 2006

Jesucristo era blaugrana

(♪Smith & Taylor, Chumbawamba♪)
(foto: Miquel Alba i Martí)

No tenían ni idea de nada. No sabían lo que pasaba fuera de un radio de 50 km que como mucho recorrían en un carro tirado por mulas un par de veces al año. Y todo lo que sus padres les habían dado era, por regla general, lo que heredarían sus hijos.

El payés de antaño echaba un ojo a su alrededor y controlaba todas las cosas. Con esto quiero decir que sabía que la azada del corral era de su bisabuelo, que se la encargó al herrero del pueblo, dos generaciones atrás. El mango de madera era nuevo, porque él mismo se había encargado de seleccionar la sabina con la que estaba hecho, y la puerta del gallinero habría que pintarla de aquí a unos 15 años. Más o menos.

La mujer tendía la ropa, lavada a mano, en una cuerda de esparto que sobró de la cesta que ella misma había fabricado. El rollo de esparto formó parte de un trueque con la vecina, a cambio de 3 perolas de leche y un saco de patatas. No había quedado contenta con el intercambio, pero en fin, lo tendría en cuenta para la próxima vez, y si no Dios haría justicia y repartiría suerte.

Los niños miraban a los padres y podían predecir sus futuros: Tú saldrás cada mañana por ese balcón y sacudirás la alfombra que hoy sacude tu madre; mientras yo amaneceré cada día a las 4:30, antes que canta un gallo, y trabajaré la tierra de sol a sol, con la maquinucha que un tal John Deere fabrica para nosotros en un país de por allí, de centroeuropa. Esto es lo que tenemos. Y esto es lo que hay. Pregúntame lo que quieras de todo lo que nos rodea. Te responderé que si el cielo anochece rojo mañana hará viento, y que el gasoil del tractor lo compramos en la gran ciudad. Eso es lo poco que se me escapa: la vida de la gran ciudad. Quitando esta excepción te diré el origen, función y destino de cualquier cosa que me señales. Adelante. Pregúntame lo que quieras.

Hoy en cambio, tenemos el Google Earth. Aprovechando el agujero de la capa de ozono, salimos de la estratosfera sentados en nuestra silla, y una vez contemplamos la Tierra completa volvemos a bajar, pasando de nuevo por el agujero, y decidimos a qué país queremos viajar. Entonces nos acercamos, más, más, un poco más. Ya vemos los ríos, las montañas, las ciudades. Los campos de cultivo. Esto es cebada, esto será trigo, y esto de color más verde seguramente sea alfalfa. Me voy a Tokio, y luego a Nueva York. Vaya hombre, era verdad que un tercio de los coches son taxis amarillos. Y este señor de pie delante de la estatua de la “libertad”, vaya…no puede ser, se está sacando un moco. ¿Es que no pensó que le podían estar haciendo La Foto?

Esto no es una alabanza de lo arcaico, ni una crítica negativa de la tecnología. Es la envidia del control sobre su entorno de lo primero, y el intento de ironizar el discurso actual de la segunda.

En sí no habrían de ser buenos ni malos, ni uno ni otro. El problema está en cómo gestionamos la tecnología. Y la verdad es que la parimos y le concedemos libre albedrío. Se nos va de las manos no porque no la controlemos con precisión, sino porque su potencia nos cegó hace tiempo, modificó nuestros principios, nuestra moral, y con esta hoja de rumbo desfigurada pretendemos llegar a algo que de momento está empezando a acabar con nosotros.

El hombre del siglo 21 se enorgullece de pasar de puntillas por todo lo que le rodea: No sé dónde estaré el año que viene. Mi ordenador tiene wi-fi, GPS, ABS y blutuf. Seguramente el tamagotchi sólo era para que los niños jugaran, y no, no creo en Dios cristiano. Mi único dios es Maradona. Me tengo que comprar un traje para ir de boda este finde. Si lo sé no vengo. Que pena que no sepa nada. Y que acabe yendo a todos lados. Mis hijos serán ingenieros de telecomunicaciones. Los dos. No se de que va la carrera, pero me mola el nombre. Y cuando me muera quiero que me incineren y tiren mis cenizas al mar Mediterráneo.

Yo digo que ya está bien de descontrol. De ignorar todo lo que nos rodea, el porqué está ahí y la intención del fabricante. De que jueguen con nosotros, y de que nosotros hagamos cola para ello, en un estadio de fútbol o el sábado por la tarde en Pull&Bear.

Por supuesto que habrá quien piense que lo que más le gusta el sábado es ir de compras, y que el domingo Dios descansó para ver al Barça.

Yo no pienso discutirlo.

miércoles, noviembre 01, 2006

Ven que te explique...triste confusión

Quiero aclararte, amigo,
porque te debo una explicación,
lo que significa lo que el otro día te dije.
Surgió banal, sencillo, e impertinente.
Pero no es más que el triste y roñoso envoltorio
de una verdad universal.

Universal en mi universo.
Y perdón por soñar que se parece al tuyo.

En estos casos es cuando creo
en algo parecido a la magia,la telepatía, al hablar sin decir las cosas.
Porque no sólo habla tu silencio,
sino que también lo hace el aire,
el ritmo,
mi soledad,
esta distancia,
el reflejo de la pantalla.

Creo ver algo interesante
en los papeles arrugados que acabas de descartar
y desprecio tus ilusiones
como si todo lo que dijeras me sonara estúpido y acabado.
Como si todo lo que recitas perdiera vida.
Como si oirte supusiera una bofetada
y desearte lo mejor una obligación.
Como si fueras una especie de ogro cariñoso
que acaricia e impone la guillotina más tarde.
Como si hubiera construido una pirámide
de tus cuatro recortes de cartulina.

Lo que intenté decir el otro día
es que envidio tu fundación, y tu fundición.
Que somos pocos en esto, y que tú estás dando de lleno en el clavo.
Y que de largo lo habías buscado.
Supongo que sin saberlo.

Y ahora que ya lo sabes
continúa así por favor.

Y en cambio yo me encuentro aquí hace un par de años,
de repente en medio de esta mierda
jugando un papel que no me tocaba,
pero del que me siento protagonista.

Y sólo intento hacerme un hueco
por donde veo que me pasa el alma,
reconociendo lo que es mi carrera,
adaptándola según lo que creo inadaptable y permanente,
al menos mientras descubro
que la variedad no es infinita
y las combinaciones exponenciales.

Lo intento expresar en tu idioma,
consciente de mi fracaso,
y lo único que hago al respecto
es pulsar el intro cuando me apetece.

De echo no lo considero importante.
En ese caso dedicaría más tiempo.

El resumen es imposible
así que no hagas caso de esto,
pero me gustaría que intentaras
quedarte con la esencia
de lo que intento transmitir
que releyendo admito que no consigo.

Desde ahora nunca di nada por echo,
y en cambio a ti te he visto haciéndolo.
Pero supongo que en esos casos
era innecesario mencionarlo,
por lo absurdo de expresar la verdad conocida,
o por las ganas de soltártelo, mudo, callado, solo junto a ti.
Así que era mejor cerrar los ojos y pensar:

Ven, ven, ven. Te voy a contar un cuento.

Y así lo hacía. Y así lo he hecho. Y en realidad nunca he hablado contigo de verdad.

Y con ganas de acabar ya te digo que sí,
que estamos ahí
dónde tú y yo sabemos,

junto con todos aquellos que se esconden.
Y que siento no expresarme bien del todo
justo cuando más lo necesito
.