domingo, diciembre 31, 2006

Nochenueva

Mis vecinos ibicencos no son tan generosos como los catalanes, por mucho que digan los prejuicios...

La dificultad de acceder a internet de manera gratuita (como debería de ser), y lo que tienen las luces de navidad han hecho que lleve una semana sin publicar nada.

Sigo vivo y coleando. Pero he cambiado el ritmo de vida estos días y el blog se resiente.

Esta noche alcohol, corbatas, vestidos y no olvideis saludar. Haciendo amigos como en 2006.

Nos vemos el año que viene.

Un saludo a todos.

viernes, diciembre 22, 2006

Ácido sulfúrico para los amigos

(♪ Consequence, The Notwist ♪)
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Hasta ahora no pensé que fuera a ser necesaria una afirmación radical. No tan pronto. Pero un par de buenas discusiones con dos de mis mejores amigos me obligan a decir lo que pienso en el fondo de ellos. Y de todos los que se den por aludidos de paso.

Creo que no os enteráis de nada. Que aunque no vivís en una bola tan grande como la mayoría de la humanidad, seguís dándole alas a la vida. Al optimismo. A ese buen rollo que os hace tener claro el sentido de algunas cosas. Dentro de la mierda, pelotitas de ilusión, quehaceres, objetivos por cumplir. O eso me transmitís a mí.

No pido que os peguéis un tiro. Pero me gustaría que pudiéramos arrastrarnos juntos. Que asintiéramos a la vez. En cambio lo que hago es compartir vuestras ilusiones, admirando vuestra dedicación, resignándome a que nunca aceptaréis el poco sentido que tienen vuestros sueños. Y lo mismo hago yo con los míos. Los meto en el petate y nos vamos todos de excursión. Mejor no decir nada. Esperaré a que nos parta un rayo. Hace mal día para ir al campo.

De verdad aprendo mucho de observaros. Aprendo que el humano es luchador. Que no se deja tumbar así como así. ¡Que sus principios son duros y resistentes!, cuando no tendría por que ser así. Que le gusta jugar a los castillitos, antes de que venga la siguiente ola (una por generación) y se los derrumbe como si nunca hubieran estado allí. Y aquí no ha pasado nada. Tus cuadros a medio pintar serán quemados o usados como papel de váter.

No imagináis lo que os quiero. Y es así porque creéis que os desprecio. Que escupo sobre vuestras ilusiones. Y nada más lejos de la realidad. Sólo siento ofrecer esa imagen a menudo.

El problema es que no me explico bien. Que de momento no se hacerlo. Y que no llego a transmitir nunca que por encima de lo que piense, de lo que crea, de las cosas en las que confío, os aprecio porque me ha tocado compartir la vida con vosotros. Y hacéis que en muchos momentos las cosas parezcan tener un sentido en el que repito no creo. Os quiero en gran parte por eso. Porque me ayudáis a mentir. A ocultar la verdad más dura. La que no estoy aún dispuesto a aceptar del todo.

Espero con ilusión la persona que no confío en llegar a ver que teniendo una vida que yo podría considerar envidiable, aún así, siendo consciente de ello, coja y se pegue un tiro, se estampe con el coche, o se beba un vaso de cianuro. Todo para demostrarnos a todos que no hay nada. Todo para reírse de todo. Del mundo. De su ilusión por las cosas. Del acá y del más allá.

¿Qué aporta mi visión de las cosas? Absolutamente nada. Ni tan solo sinceridad. Renuncio incluso a eso. No me creo ni eso. Es tan corrosiva que amarillea mis huesos sólo unos segundos antes de destrozarlos. Si me aguanto es por si acaso, no por mi esqueleto. ¿Y eso es lo que os ofrezco? Entiendo que no os interese.

En cambio vuestras plataformas, brillantes y resplandecientes. Seréis algo en la vida…Cómo os envidian algunos…Yo mismo muy pocas veces.

Le agradezco a un amigo bienintencionado que me advirtiera ayer que ha leído mucha biografía, y que la gente como yo no acaba bien… Lo mismo hicieron antes con aquel arriesgado viaje a Nueva York. Y con el tema de las drogas. En serio lo agradezco.
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Pero cada vez que me dan ese tipo de consejos pienso que no entienden nada. Que sobrevaloran lo que les rodea. Lo que les ha sido dado. Por algún dios llegan a asegurar algunos…Y ya está bien que lo hagan así. Les permite seguir vivos.

¿Como lo hago yo para no desaparecer del mapa? ¿Qué coño hago aún vivo aquí? Pues como no me creo ni a mí mismo, no me fio ni de lo que digo. No actúo como pienso. Por supuesto que no. Mis padres, entre otros, no se lo merecerían. Es el pan de cada día: pensar una cosa y hacer otra. Creer que no hay sentido y fingirlo de momento. Sentir pena y llorar sólo por dentro. Sentir asco y poner buena cara.

Ante todo también soy inofensivo. Según como se mire.

Algunas personas que no conozco encarnan lo que intento explicar en sus caras, en sus irónicas sonrisas. En la vida que han llevado. Desastrosa como la que más. Son esas personas que no importa lo que hagan. Que no importa lo que digan. Actúen como actúan asienten cuando nos miramos. Si es que nos hemos visto. Y esa es la única certeza que afirmo de momento. Sabemos de lo que hablamos. Creemos habernos entendido. Yo voy en otra dirección. Hasta la próxima, ¡amigo! Dale caña a los happys. Suerte con la vida.

jueves, diciembre 21, 2006

Andarse con ojo

En verdad estos consejos nunca serán capaces de salvarte la vida.

Como mucho, si se da la casualidad de que sirvan de algo en algún caso, tan solo habrán retrasado tu muerte.

Esto no es duro ni blando. Sólo es tangible y pesado.

El chico de veintipocos años que vive delante de mi casa siempre me resulta muy entrañable. Pasea casi todas las noches con su perro, a las tantas de la mañana. Y yo le observo desde mi ventana.

Normalmente come pipas que cuida no caigan al suelo. Las almacena en su mano hasta que llega a la basura de la esquina y allí las deposita.

Parece no tener novia. No parece haber caído. Las noches más cálidas se baja un libro de casa y lo lee media horita mientras el perro pasea por allí sin correa ni bozal.

Es joven y parece eterno. Puede hacer lo que quiera. Sólo tiene que planteárselo. No le hace falta dormir mucho. Le gana tiempo a la vida.

Yo personalmente me paro y me giro hasta que el coche que venía por mis espaldas me ha adelantado, si voy por una calle estrecha y poco transitada.

Los días de viento intento ir por el medio de la calle. Evito rozar fachadas de las que me pueda caer una maceta en la cabeza.

Intento no subirme en una de esas tumbas con ruedas y forma de moto.

En el avión me gusta sentarme detrás. No para salvarme (dicen que en caso de accidente da lo mismo delante que detrás…), sino para al menos ver como muero.

En el autobús procuro sentarme mirando hacia delante para no partirme el cuello e intento no ponerme en la trayectoria de las barras en caso de un poco probable frenazo.

Ojo con las grúas de las obras. Los suelos resbaladizos. El agua y los enchufes.

¿Los deportes de riesgo? Por supuesto. Hay que probarlo todo. Practica mente todo. Pero no te la juegues demasiado. Miles de paracaidistas deben de tirarse cada año desde aviones alrededor del mundo. Y nosotros no nos enteramos. Sólo no llega la noticia de aquel al que no le funcionó el paracaídas de emergencia.

Todo esto puede parecer exagerado, pero no es triste ni atroz, como el dato aquel que nunca se supo del accidente tonto en el que al chico de veintipocos años le cayó una maceta en la cabeza y le partió la crisma. Quedó tendido en el suelo hasta que vino la ambulancia, que hizo lo posible por reannimarle.

En esos minutos de agonía el chico pasó frío. No un frío metafísico, la luz, la muerte…
Sino frío, directamente. El que sentimos tú y yo cuando nos olvidamos la chaqueta. El suelo estaba helado. Finales de otoño.

Es jodido morir así. Sin estar haciendo nada en especial. Andando por una calle sin haberte lavado los dientes, camino de la ferretería.

El sol no seguirá dándonos en la cara por mucho tiempo más.

No me gusta mucho el post de hoy. Estoy desconcentrado por algo que no entiendo.

Suerte.

martes, diciembre 19, 2006

Décimo pensamiento crítico

(texto relacionado: voy alejándome de gioconda belli, en la sección de por la red)
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Ahora que te vas vamos a aprovechar para hacerlo aún más bonito.

Nada de obligarte a hablar. Llevas haciéndolo durante años.

Eso es una horterada inventada por los americanos. Por el morbo gratuito.

Observamos como coges la tiza. Como mancha tus dedos. Como los sacudes. Como abrochas tu cartera. Como suena su clic.

Aunque no lo aprecies respiramos hondo. Disfrutamos estos últimos momentos. Con la sonrisa tonta de sabernos solos en todo esto. De saber que ninguno nos sentimos exactamente como el de al lado, porque no has supuesto lo mismo para todos.

A aquel que se encerrará a pasar planos en un despacho le supusiste un aprobado fácil. Alguna bonita frase como mucho.

Otro que parece haber percibido algo de música todavía cree estar oyendo ruidos extraños. Que ahora le incomodan. Pero algún día volará si no cae presa de las garras del star system. Querrá tener una máquina del tiempo de bolsillo y volver a disfrutarte.
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Un martirio para los nacionalistas. Y para los catalanistas también.
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Yo personalmente te agradezco que hayas colaborado en mi hundimiento total dentro del vacío. Desde aquí es donde hago mi arquitectura. Donde diseño mis estructuras que presumen de efímeras. Donde chirría mi deconstructivismo.

Continúo desmitificando tu ida, tu marcha, tu huída…

Sigue alejándote así, de gris translúcido, entre cadenas de bicicleta.

El camino no es ni mucho menos recto. Ni mucho menos llano. Pero tu al final tampoco habrás sido ni mucho menos importante. Alguna bonita frase como poco.
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Los que saben se van solos y en silencio.

viernes, diciembre 15, 2006

Hi-Fi

(♪ demasiado buena para escucharla con tu equipo de música actual: birds, electrelane ♪)

¿Nos compensa la alta fidelidad o simplemente creemos que suena mejor?

Yo pienso que por un lado creemos que nos compensa y que por el otro sabemos que suena bien. Que le suena bien a papá y mamá, a la iglesia y al gobierno, al otro miembro del equipo y a nuestra propia caja de resonancia.

Esta mayor calidad del sonido hace que a la mayoría le compense de verdad. Este es el motivo de que organicen su vida en stereo, cuando nadie se lo había impuesto. En ese momento proclaman a gritos su falta de originalidad, sus pocos cojones (los de afrontar esto solo), su pseudo-simbiosis con el otro, su happiness.

En mediamarket les vendieron el equipo, esposas de regalo incluidas en el paquete, y se lo llevaron todo en una bolsa que irónicamente rezaba al cielo: Yo no soy tonto

Vendrán caricias y camelos, lunas de miel y caramelos; pero de la mano traerán represiones y arrepentimientos, perdones y te quieros. (Esto no es ningún poema. No me mola que rime…:) )

La alta-fidelidad, consciente de su potencia, se frota la manos mientras hace el agosto. Sabe que mediante el sistema stereo proporciona mayor ambientabilidad. Generada de manera artificial, sin duda, pero es cierto que reproduce un entorno acústicamente más confortable. Empalagoso pero deseable. ¿Quién no quiere una pareja?

Recrear la realidad idealizada a la que aspiramos debido a nuestra inconsciencia es una manera rastrera de ganarse al público.

Por eso defiendo y propongo una nueva alta fidelidad, que empiece por la sinceridad total con nosotros mismos, y sólo más tarde, unos días después, con la otra persona. Algo que prácticamente no se da en nuestros días.

El modelo convencional de pareja pretende, sin conseguirlo casi nunca, mantener la fidelidad respecto a la otra persona como uno de los argumentos más básicos. Esto lleva a las represiones y arrepentimientos antes mencionados. Por tanto, a que primero la traición nos la realicemos a nosotros mismos. Y finalmente a la otra persona, cuando la relación se ha vuelto más monótona; convirtiéndose muchas veces en algo oculto pero consentido por ambas partes. Pocas cosas más tristes e indecisas…

Importante el matiz de que la traición se consuma con el hecho, pero que mucho antes ha nacido en el pensamiento, en el centro del cerebro. No nos engañemos.

Si empezáramos desgranando nuestras pasiones, nuestras segundas intenciones, las cosas que nunca contamos…y esa fuera nuestra carta de presentación, no llegaríamos a la conclusión de que ha de haber una persona más especial. Entenderíamos que lo lógico e inevitable es que haya varias, y de múltiples colores y texturas. Y que la interrelación entre ellas es lo más normal. Que ya no escuchamos música con sistema dolby sorround en lujosos lofts insonorizados perdidos en el soho neoyorkino; sino que tenemos un solo auricular que apenas aguanta en la oreja mientras reproduce música en mono, en un bote que se hunde, a tres millas de la costa islandesa.

Por cierto: otra ventaja del sistema propuesto en este texto es que aquí no hay ni feos ni guapos, ni atractivos ni sensuales, ni platónicos ni misteriosos.

No. No caben en esta propuesta misóginos, asexuales, ninfómanos ni parejas cerradas. Nunca mejor dicho.

En cualquier caso, toda esta discusión es secundaria. Se refiere a las relaciones con otras personas, lo que desde el principio ya supone artificiosidad. Lo importante es escuchar buena música y,

con los auriculares puestos, solo, en mono, silencioso, ateo, callado, activo, reactivo, sonriente, atento, lúcido, translúcido, crítico, humilde, potente, expectante, flexible, escéptico, expresivo, sublime y mortal

bailar acompasado sobre nuestras propias tumbas.


Gracias por la metáfora, Efe.

No os perdáis el post de hoy en el blog de Ben Clark (en otros blogs). El tema os resultará familiar, y esta recomendación también...

miércoles, diciembre 13, 2006

Juan Palomo y la unión de la fuerza

(♪ the hunger, the distillers ♪)
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Imagina que eres una paloma y que estás en una ciudad asiática. La que sea. Enorme. Solo. Y andas por la calle con un pedazo de pan bajo el ala. Lo único que tienes hoy para comer.

Llevas semanas así, recogiendo comida de las basuras que hay frente a los restaurantes de comida rápida que se anuncian con neones a lo largo de estrechas calles mojadas. Y siempre es de noche.

Llegas a una zona menos transitada, y empiezas a pensar que allí estaría bien comerse la hogacilla de pan. La sacas del bolsillo. Desenvuelves el papel de plata que la rodea. Y una humano se posa frente a ti.

Incluso te planteas darle un pequeño trozo, pero lo olvidas enseguida. Si tú pudieras volar no andarías por ahí rastreando, cabeceando, pidiendo todo el día.

Los ángeles me han dado siempre un miedo terrible, superan lo irracional que hay en mí.

En unos minutos descienden de las cubiertas dos o tres humanos más. Rondan por allí. Baten sus alas carnosas con fuerza. Percibes como contraen y relajan sus tendones, de manera que ahora están aquí y en dos segundos encima de aquel coche. A menudo parecen más grandes que tú.

Y todo cambia de repente. La primera vuela hacia ti a gran velocidad y se incrusta en tu cuello. Aletea para volver a quedar libre, pues se excedió en su arremetida y ni tú estirándola con las dos manos consigues sacarla de tu garganta. La hogaza ha caído al suelo y tú la has pisado para mantenerla en tu posesión, pero una segunda picotea con fuerza las puntas de tus dedos desnudos del pie. Claramente quieren quitártela, piensas. Una tercera kamikaze se estampa contra tu pecho. Venía embistiendo de lejos. Se parte el cuello en el intento. No has oído el crujido. Ahora son dos que comienzan a morder tus orejas y tus pestañas. La primera sigue aleteando. Parece ir quedando libre con el desgarro de tus cuerdas vocales, que era donde se había enganchado. Te tiras al suelo boca arriba, de modo que has podido aplastar a la segunda, pero la cuarta y la quinta no se dan por vencidas. Notas la sangre de tu segunda víctima empapando tu espalda. Ahora te giras para que al menos no te coman los ojos. Pasan a arrancarte el pelo no dos, sino otras tres más.

La unión hace la fuerza. Excepto en los casos en los que la inconsciencia de la propia masa gana la partida. Y en aquellos otros en los que es directamente imposible. En los mismos en los que no hay nada que hacer. En los que es mejor guisárselo uno mismo.

martes, diciembre 12, 2006

Meteorología en 2006 (d.c)

Que empecemos a enrollarnos todos por la calle, a follarnos como animales, no es lo que buscamos. Y sólo habla en parte de lo que queremos. Pero será uno de los primeros pasos para desmitificar este cumulunímbus.

Entonces habremos superado (en parte) uno de los obstáculos para nada. Al menos nada que comprendamos ahora. Pero que es parte de nuestra evolución como medio de locomoción, sin un fin concreto.

Se producirá una de las grandes Carcajadas de la humanidad, una de esas que ahora mismo no nos hacen ni pizca de gracia, pero que a la larga solidificarán en forma de smiley.

Entonces se producirá un descenso brusco de las temperaturas, y no gradual, como viene pasando en los últimos siglos.
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lunes, diciembre 11, 2006

A los que no soportarían oir lo que me exigen

(♪ Just, Radiohead ♪)
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A menudo les da la sensación de que tengo las cosas claras.

Tanto si piensan que tengo razón como si no.

Suponer esto es no haber entendido nada de nada.

Parece mentira…a su edad…

Creen que creo en lo que digo.
Cuando yo estoy seguro de que tan solo es la opción menos equivocada.
O eso me pareció en su momento, de entre las que había.

No entienden que lo único que tengo claro
es que una posición concreta es sólo temporal.

Y que por tanto no tengo nada de lo que avergonzarme
ni nada por lo que sentirme orgulloso,
ya que nada es culpa ni mérito mío.

Otra cosa que tengo clara es que les molesta mi actitud,
que infantilmente juzgan de prepotente.

Yo creo que esto se debe
a un elocuente y subliminal sentimiento de inferioridad.

Eso es sólo problema suyo.

Aunque me joda cuando me atacan precisamente debido a su error.
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siento repetirme con radiohead, pero es que dan mucho de sí...aquí os dejo el enlace al videoclip de la canción de hoy...empresarios despistados y palabras aplastantes que nunca se llegan a decir del todo en forma de video musical, como no, en youtube:
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http://www.youtube.com/watch?v=CzEdITdGht4
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jueves, diciembre 07, 2006

Lo digo por si acaso

(♪ The bends, Radiohead ♪)
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Lo digo por si alguien me ve sonriendo. Disfrutando de cualquier cosa. Hem bebido en cualquier actividad. 13 horas dibujando un plano.

Lo aviso por si alguien me ve en el metro abrazando a una chica. Dándole un beso en la cabeza. Cuidándola. Compartiendo cosas con ella. Llamándole cariño, y cosas por el estilo.

Lo digo por si alguien me ve siendo amable con un asqueroso bebé, sacándole la lengua o haciendo el gilipollas, en uno de esos inevitables estados de hipocresía divina e inconsciente.

Y lo advierto también por si alguien comparte algo conmigo en lo que parecemos estarlo pasando bien. En lo que parecemos estar genial. Para que no le quepa duda. Para que crea que me contradigo. Y para que la próxima vez, si no quiere, ni lo pronuncie:

Dentro de mí late algo tan frío que parece de otro planeta.

Que no asusta porque no se me toma en serio. Ni yo mismo lo hago del todo. No podría vivir con ello.

Sí… pienso yo. Y me río de todos nosotros. Y espero el juicio como un pajarito. Deseando que no llegue porque nos sería imposible soportarlo. Porque moriríamos aplastados en poco tiempo como víctimas de una kudzú.

El tema de anteayer, el de Giacometti, el de las cabezas como objetos. El de los cuerpos como materia inerte cosida a ellas…plantea un estado al que sólo he llegado dos veces en mi vida. La primera cuando el profesor con nombre de pizza leyó la cita en clase. La segunda un día aleatorio de invierno. Hace algo más de un año. Las recuerdo tan bien porque supone de verdad situarse en un umbral. El que hay entre nuestro planeta y Plutón, por ejemplo.

O ya sabíais de qué hablaba Giacometti o no creo que nadie lo haya sentido leyéndolo en el blog. Supongo que hacen falta más factores. Animo a hacerlo por un lado, a cualquiera que esté dispuesto a sentir como todo se congela. Y por el otro aviso con una frase que se oye mucho por los 40 principales: ya nada volverá a ser como antes. En el sentido más trágico de la frase. En el más desolador de todos. En uno que quien no lo haya sentido no es capaz de imaginar.

En el fondo, y de momento, me parece que quiero seguir formando parte of the human race, viviendo y respirando, como dice la canción de hoy, aunque a veces sienta que me despego. En parte porque existen canciones como esta.

¿Cómo gritar, destrozado y podrido por dentro, que quieres seguir vivo y despierto mientras dure tu vida? Difícil de explicar.

martes, diciembre 05, 2006

Gracias Alberto

(♪ Azul cabeza abajo, Maga ♪)
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Aprovechando que tengo entregas y estoy liado, hoy le he pedido a un amigo de esos que lo son sin saberlo, sin poder serlo, que os diga algo por mí. Algo interesante si puede ser.
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Como personalmente me ha puesto los pelos de punta, he decidido colgarlo aquí.
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Me ha dicho que os diga:
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En aquel momento, empecé a ver cabezas vivientes en el vacío, en el espacio que las rodeaba. Cuando en principio percibí claramente que la cabeza que estaba contemplando se acercaba y se quedaba inmóvil un instante, temblé de terror como nunca en mi vida, y un sudor frío corrió por mi espalda. Ya no era una cabeza viviente sino un objeto - un objeto que veía como cualquier otro, pero al mismo tiempo no como cualquier otro objeto, sino algo vivo y muerto a la vez. Grité con terror, como si acabara de cruzar un umbral, como si entrara en un mundo que nunca había visto. Todo ser viviente estaba muerto, y esta visión se repetía con frecuencia, en el metro, en el restaurante, con mis amigos.
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Estas cosas son las que sin que yo quiera (porque razonadamente de momento no tengo preferencia) me hacen dudar de los artistas que se revuelcan rebozados en su hermética producción; incluidos los poetas, por supuesto.
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Giacometti era dramático empezando por su presencia y acabando por su muerte. Terriblemente expresivas.
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A parte fijaos en el nombre: Alberto Giacometti.
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Como Henry Moore, Frida Kahlo, Pablo Picasso, Jacques Derrida, Steven Holl, Arthur Schopenhauer, Rem Koolhass, Félix de Azúa, Bob Dylan, Mark Rothko, Alberto Giacometti, Jackson Pollock, John Lennon, Friedrich Nietzsche, Herman Hesse, Thomas Mann, Juhani Pallasmaa, Sigmund Freud, Peter Zumthor, ...
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Son obras pop en sí mismos...
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Muchos vamos a tener que cambiarnos el nombre si es que queremos comer de esto.
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Esta claro que un tal Marcus Rothkovic no habría llegado a nada si no lo hubiera hecho.
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Id pensando en los vuestros...
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Sergio, con ese apellido...mmm...problemas... Suerte que ya acabaste la carrera :D(Sergio Guerra)
Ben. El tuyo tienes suerte. Suena bien. Pero no creas que está todo hecho eh? .....(Ben Clark)
Rodrigo. Tu apellido siempre me recuerda al alquitrán (Rodrigo Betrián)
Toni. Durante el doctorado puedes dejártelo así. (Toni Galmés)
Ramón. Pfff...que desastre...qué quieres que te diga...cambia el nombre de tu grupo también... (Ramón Martín)
Israel. Pues no recuerdo tu apellido. Pero tu nombre es políticamente incorrecto. (Israel Martín?)
Muitin. Me llevó dos años aprender a escribirlo bien sin memorizarlo. Los que tardé en apreciarte. (Muhittin)
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Con cariño a todos.
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[He escrito los nombres en naranja porque es una lista que iré ampliando según mi memoria vaya soltando cuerda. Lo podeis tomar de paso como recomendación (no pondría a ninguno que no considerara digno de este blog), y se admiten sugerencias. Sólo han de cumplir dos requisitos: una obra interesante y nombre de esos de canto de libro]

lunes, diciembre 04, 2006

No somos de piedra

(♪ My avenue, April fool's day ♪)
( □ Two rocks, John Cleary □ )
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Ojalá pudiéramos estar tan solos o tan acompañados de alguien como lo puede estar una piedra respecto de otra.

Que la única variable que lo determinara fuera la distancia física entre nosotros y otra persona.

Que el sexo, las drogas y el rock&roll no nos hicieran creer, si no que nos dieran de verdad.

Pero no es así. Por si alguien lo dudaba.

Y releyendo me pregunto por qué he puesto un ojalá al principio. Puede que de esta manera las cosas no estén tan mal. Estamos acostumbrados.

Ahora mismo todos estamos solos. Extremamente solos. Pero en lo que a distancia física se refiere podemos rodearnos de mucha gente, de miles de fans incluso. Y podemos entablar relaciones con otros seres humanos que generan la ilusión de que algo parece funcionar. Que alguien parece entendernos. Que entre la mierda hay algo de chocolate. Pero eso es sólo un espejismo.

Un espejismo tan brutal que si hiciéramos una encuesta la mayoría de personas responderían que no están solas. Y lo justificarían diciendo que ahí tienen a su pareja, a sus amigos, a su caniche, o simplemente (los casos más cercanos a la sinceridad) su casita de la montaña.

Pero supongo que es imposible describir el sistema desde el propio interior, con el propio lenguaje. Que es imposible programar matrix desde matrix. Que es necesario salirse fuera para verlo. Y como de momento me es inaccesible, disfruto apreciando errores en el programa. Errores catastróficos parecen. Pero de momento les dejo estar ahí.

Lo único que hago al respecto es sacar de vez en cuando este nuevo periscopio, adquirido hace ya un par de años entre intuiciones y montones de celulosa.

podeis descargar la canción de hoy (de manera legal), y otra tres más del mismo grupo en esta página:
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http://www.myspace.com/aprilfoolsday

viernes, diciembre 01, 2006

95 % completado...


Nos vemos el lunes.

Cargando pilas...

Buen fin de semana a todos.