jueves, abril 05, 2007

Mi pequeña campaña de tráfico

( ♪ tear, red hot chili peppers ♪ )

.

Cuando se acercan al coche no notan nada extraño. Todo está, como siempre, en su sitio. Por poco tiempo, pero en su sitio. Como siempre. Todo en un mismo tono de las cosas.

Los que se matan en coche no aprecian nada distinto en el tintineo de las llaves el día de su muerte. Y tampoco les molesta especialmente el respaldo en ese día. Ni el cenicero huele demasiado a tabaco. Ni el ambientador demasiado poco. Y el cristal está igual de sucio o de limpio que siempre. Ya es tarde para ajustar cuentas. El depósito quizá en reserva, lo que haría todo aún más triste. Y todavía no sabrías seguro cómo cambiar una rueda. En caso que te tocara. Ni el tráfico está especialmente rápido. Tampoco especialmente lento. Puede que haya llovido pero eso no es determinante.

La puerta al cerrar, sin que el conductor lo sepa, se bloquea eternamente. Y todas las partes del coche lo saben. Parece que en la muerte el entorno se alíe, sin mala intención especial. Sólo se alía, porque ese día a alguien le toca morir, y hay que proporcionar las condiciones necesarias para que se produzca el accidente. No tiene mucha más explicación.

Sólo es mi pequeña campaña. Mi lejana advertencia. Para que pienses que nada te avisará de que te matas hasta que te estés matando, que es cuando creo que se produce esa luz, o esa intuición. Ese incierto pensamiento de que algo no va bien. De que este hecho estará demasiado desviado, de lo que se supone que es ir mal. Y no hacia el sentido positivo, sino hacia otro más desastroso aún. El que nunca imaginaste. El que creíste entender al oír esas cifras de muertos, 7 más o 15 menos que en el mismo período del año anterior.

.

1 Comments:

At 03 mayo, 2007 01:40, Blogger Jason said...

Yikes, that is a wicked wreck!

 

Publicar un comentario

<< Home