miércoles, febrero 28, 2007

Gotas de ceniza

(♪ falling in love of a dead boy, anthony and the johnsons o manuel villena ♪)

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Lo mejor que puede hacer uno con su vida es lograr un par de cosas, la victoria del egoísta o la ayuda del solidario. Y aparte de esto, sentar las bases de algo nuevo. Retorcer alguna tuerca. Proponer válvulas expectantes, aún por estrenar.

Para que esto se reconozca, para hacerlo también uno mismo, es necesario lidiar con las ataduras *. Aterciopelar los engranajes. Inyectarles algo de aceite. Porque esto son precisamente cosas como el amor. O la familia. Correas de un mecanismo personal. Nunca fines en sí mismos.

Todo esto se aglomera de manera bastante agradable si uno es respetuoso. Con su vida y con las otras. Se consigue así como mínimo ser bastante normal y mediocre.

Y esta enorme maquinaria finaliza en una cinta. Automática, por supuesto. Y tu vida es un paquete, revestido con tela de interior de ataúd.

Cuando llega el final de esta cinta no hay manos. No hay cajas. No hay camión. No hay fábrica. No hay tierra. No hay Tierra. No hay nada.

Sólo cae
................s.

Y ves como la parte de goma en la que eras transportado que estaba en contacto directo contigo, gira bruscamente, hacia abajo, 180 grados. Y observas como avanza. Hacia atrás. Tú alejándote de ella.

Y esto es todo. Según esta intuición

La verdad sólo se desvela al final. Si es que da tiempo a oírla. Inmerso en el escalofriante y eterno zumbido de la caída.

* se han tenido que omitir las malas, de manera que el proceso resultara creíble y optimista