lunes, noviembre 20, 2006

Siglo 21



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En el año 2146, en un planeta totalmente acondicionado a temperatura estable 22ºC, un niño que no sabía el significado de la palabra acurrucar buscaba información acerca del siglo pasado, el de los Salvajes, el nuestro.

Este niño tenía un chip implantado en el cerebro con conocimientos extra acerca de ingeniería aeronáutica (así lo escogieron sus padres), a parte de el mínimo que exigía la ley referente a todas las disciplinas que la humanidad contemplaba en ese momento.

Con un ordenador del tamaño de un corazón humano, aproximadamente, entró en google y buscó las palabras siglo 21. De esa manera encontró este blog y pudo comprender que el conocimiento no siempre se había transmitido por medio de placas de silicio y níquel, programándolo en los MCC (micro chip cerebral) que al igual que al resto de humanos, le había sido implantado a él.

Y le resultó curioso, porque no se lo había planteado antes, el que las personas de nuestro siglo vivamos desconociendo la mayoría de casi todo. Entonces se fue intrigado a hablar con su padre, al que los abuelos habían escogido implantar conocimientos extra de historia de la humanidad

El padre le dijo que era verdad. Que en el siglo 21, aunque la gente ya se dedicaba a una tarea concreta y especializada, los humanos no conocían gran parte del resto de cosas, y que eso había llevado a concebir la realidad de tantas maneras como oficios y dedicaciones había en la época (más o menos).

Los políticos veían las cosas de una manera, los ingenieros de otra, los ecologistas también tenían su propia versión, al igual que unas personas muy buenas aunque a veces algo pederastas, que el padre explicó al niño se llamaban curas o sacerdotes, los cuales portaban la palabra de un tal Jesucristo.

El niño comenzó a flipar. No sabía nada de todo esto…

“¿Me estás diciendo que antes las personas en general no sabían de su desgarradora e irremediable soledad?” (sí, el niño hablaba muy así…)

“Te diré… Es más…antes los humanos se juntaban por parejas, y establecían matrimonios que a durísimas penas duraban toda la vida…”

“¿Y por eso tú de vez en cuando vienes a casa con otras mujeres que no son mamá?”

“Muy bien hijo, veo que lo vas pillando…”

“Ahmmm…Pero bueno, a lo que íbamos…entonces, ¿cómo se organizaba el conocimiento? Si todas las personas no tenían una base como ahora (subjetiva y terriblemente impuesta, también hay que decirlo), ¿cómo funcionaban las cosas?”

“Pues mira. Cuando querían hacer un programa, iban a buscar a los ingenieros informáticos. Cuando querían inventar leyes, los que se las sacaban de las mangas se llamaban políticos. Cuando alguien se ponía enfermo tenían que acudir a lo que llamaban médicos, y cuando querían hacer un puente, sólo entraban en la discusión los ingenieros. No es que tuvieran una manera absoluta de hacer puentes, pero eran los más indicados. Los que tenían más conocimientos.

Y entonces había un grupo más o menos impreciso de personas u objetos, lo que se daba en llamar filósofos, artistas, locos…a los que les ocurría algo parecido a los ingenieros. No tenían una manera absoluta de explicar las cosas, el mundo, pero eran los que más conocimientos tenían acerca de su materia: la relaciones, los sentimientos…la vida en sí.

El problema es que nada decía que fueran los más indicados para explicar el mundo, porque no todos los humanos proyectaban puentes, pero sí todos los humanos tenían una vida propia que utilizaban derrochándola, por norma general. Y por tanto que eran los más acertados sólo lo sabían ellos, este último grupo que te he comentado.”

“Vale. Ese es el mundo oculto del que he oído hablar alguna vez, ¿no?”

“Exacto. Esas personas pertenecían a un mundo oculto, y los afortunados artistas vivían de explicar su visión de la realidad, o de partes de esta. También había cabida para artesanos, ingenieros, informáticos y médicos. Pero no para los más brillantes y exitosos, sino para los que su trabajo era la manera de ganarse la vida, de entretenerse, de aprender según que cosas…”

“Entonces, papi, lo que no entiendo es que este grupo de personas fuera tan minoritario como se dice. Y que luego viniera el señor Bustamante, con su traje blanco, y llenara recintos con 10.000 personas dentro.”

“Cierto hijo. Tienes razón. Esto es algo que aún no se ha conseguido explicar. Lo único que se sabe hasta el momento es que esas 10.000 personas no tenían la culpa.”

Todas estas cosas los niños de hoy en día tampoco lo saben, y lógicamente hay mucha gente interesada en que así sea.

Alguien debería explicárselo desde pequeños. Quizá sea la única manera de parar todo esto descartando la bomba atómica. Las revoluciones son ancianas ya y no están para estos trotes.

2 Comments:

At 20 noviembre, 2006 18:30, Anonymous Anónimo said...

Me ha encantado.

El mundo oscuro, el siglo 21, el ordenador del tamaño de un corazón humano... hasta la distorisión final de Bustamante. ¡Genial!

 
At 26 noviembre, 2006 17:11, Anonymous Anónimo said...

Muy buena relación de ideas, totalmente acertadas!!

 

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