miércoles, noviembre 29, 2006

Sólo lo justo

(♪ no hay música asociada este tipo de cosas... ♪)

Dicen que abrazado a un camión.

El milagro de la vida. La extrema inteligencia de todo nuestro organismo, desde los mecanismos más simples hasta el funcionamiento del cerebro, en el fondo estúpidas reacciones químicas cuadriculadas, pasando por los glóbulos blancos, los rojos, los plaquetas, la sangre…protagonistas de esta historia, en la que ni todos juntos han podido hacer absolutamente nada frente a un imprevisto demasiado potente. Ante la hemorragia ni quiero pensar de qué magnitud…

La luz iluminó ayer por la mañana, por primera y última vez, el interior de las venas, de las arterias, del corazón quizás…incluso las paredes interiores de algún vaso se podrían encontrar todavía entre el asfalto. Si alguien se dedicara a buscarlo. Si fuese la obligación de alguien.

Pero ahora toca callar. Y más a gente no tan cercana, conocida sólo de vista como yo. Aquellos que en un mes volveremos a sonreir habiendo olvidado esto prácticamente del todo.

Que se oigan los gemidos de la familia. De los amigos. De esa carrera que ha quedado a medias. Nunca se puede dejar algo más a medias. Tan a medias. Para siempre a medias. Que se escondan los optimistas.

Por eso me hago caso a mí mismo y me callo.

Raúl. Esto sólo ha sido mi pequeño homenaje, quizá porque ayer te pitaron los oidos cuando un amigo y yo nos volvimos a reir de tu mochila trineo, o porque te saludé más de lo normal. Te cogí del brazo y te dije adeu!, sin saber la razón que estaba teniendo. De lo eterno de mi despedida.

Carlos y resto de amigos. Familia. No tengo nada que decir…

Puta vida de nuevo…